La Secretaría de Estado de Medioambiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico deberá modificar el proyecto del nuevo paseo para salvar los restos hallados.
Luz verde a la continuidad de las obras del Paseo del Alamillo tras la resolución favorable de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia sobre la conservación y puesta en valor de los restos arqueológicos aparecidos en el entorno de la Villa Romana ya existente en la zona.
La Secretaría de Estado de Medioambiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, organismo que ejecuta los trabajos del futuro paseo marítimo, deberá modificar el proyecto para salvar los restos mediante un diseño de pasarelas que permitan su conservación y visualización y que enlace los tramos del paseo a ambos lados de la zona con los restos arqueológicos.
Concretamente, la propuesta de actuaciones y soluciones técnicas necesarias para garantizar la ausencia de afección al yacimiento arqueológico durante las obras plantea la elevación de la cota de la rasante del paseo marítimo proyectado en el tramo comprendido entre los P.K. 0+930 y 1+150, siendo el incremento máximo de cota de 50 cm aproximadamente.
Para la reducción del cajeado y conformar la explanada hay que tener en cuenta que en todo el tramo es necesario realizar la retirada de la capa más superficial de 15 cm de espesor ya que se trata por lo general de tierra vegetal. Esta retirada no afecta en ningún caso a los restos arqueológicos hallados.
Por último, dada la conservación de los restos arqueológicos que puedan ubicarse entre los P.K. 0+920 a 0+960 y la no consideración como restos arqueológicos de época romana, al relacionarse con un muro de demarcación de límite de parcelas del siglo XX la estructura, resulta innecesaria la propuesta de elevación de la cota de la zapata del muro proyectado en este tramo.
Esta propuesta que conlleva no proyectar la disposición de escollera ni hormigón ciclópeo bajo la zapata, sigue siendo recomendable como solución extrapolable a la totalidad de la traza del paseo marítimo proyectado, de modo que en caso de hallazgo de nuevos restos arqueológicos en un determinado punto del paseo que puedan interferir con la ejecución del muro, se seguirá dicha solución de elevación de la cota de la zapata.
En tal caso para una buena praxis en las medidas de protección y tapado de los restos, se cubrirá la superficie de los mismos con una lámina de geotextil que actúa como membrana y, sobre él, un relleno de arena de al menos 20 centímetros en contacto directo con esta lámina de geotextil que funciona como protección física de las estructuras y contribuye al drenaje natural del terreno, evitando modificar las condiciones hidrológicas y la acumulación de agua en determinados puntos, que puede resultar nociva para la estabilidad de las estructuras
El alcalde Ginés Campillo y el concejal de Patrimonio Histórico, Jorge Durán, celebran esta decisión en la que ven cumplidas las demandas que expresaron en agosto a los técnicos del Estado y la CARM para que los nuevos vestigios romanos fueran puestos en valor. Entonces, el regidor mazarronero defendió que "ya no estamos en los años 80, se tiene que acabar la política en Mazarrón de enterrar un yacimiento cuando se localiza porque a alguien no le interesa, ya que es un lastre para el conocimiento de nuestra historia y el desarrollo turístico del municipio"
Un paseo por la historia
Según las primeras indagaciones, todo apunta a que los vestigios hallados estarían integrados en el complejo de la villa hallada a finales de 1980 y principios de 1990, una gran finca que entre los siglos I al III después de Cristo podría haber estado orientado a la producción de salazones o, incluso, una piscifactoría. En concreto se ha hallado una balsa o pileta y otras estructuras calefactadas que pudieron ser un horno o unas termas.
Ahora, el futuro Paseo del Alamillo vendrá a complementar el atractivo innato que le proporciona discurrir junto al mar de la bahía con la conservación e interpretación de los restos romanos. De esto modo, el viandante caminará por lo que fuera en los primeros siglos después de Cristo por una gran villa romana.
El yacimiento ya existente es un asentamiento alto imperial que ocupa parte de la playa de la que toma el nombre, su fundación se fecha a mitad del siglo I d.C. En origen, fue una construcción escalonada en terrazas en la que se diferencian dos zonas: una residencial, con sus correspondientes termas; y otra zona de servicio o industrial con seis piletas destinadas a la fabricación de salazones y salsas de pescado (Garum) y un conjunto de habitaciones en torno a un patio.
La villa forma parte del conjunto romano en el que también se integra el pintoresco acueducto que hay en la zona entre otros restos hallados durante la urbanización de la zona en el último tercio del siglo XX.